De la exploración al abandono: las principales fases del desarrollo de yacimientos de petróleo y gas

Fase de preparación

Antes de comenzar el desarrollo de campos de petróleo y gas, es esencial realizar una investigación y evaluación exhaustivas. El estudio sísmico, un método comúnmente utilizado para explorar recursos de petróleo y gas, implica enviar ondas sonoras a las rocas, generalmente utilizando un vibrador sísmico (para exploración en tierra) o una pistola de aire comprimido (para exploración en alta mar). Cuando las ondas sonoras penetran en las formaciones rocosas, parte de su energía se refleja en las capas de roca más duras, mientras que el resto de la energía continúa profundamente en otros estratos. La energía reflejada se transmite y se registra. De este modo, el personal de exploración especula sobre la distribución del petróleo y el gas natural subterráneos, determina el tamaño y las reservas de los yacimientos de petróleo y gas y estudia la estructura geológica. Además, es necesario evaluar el entorno de la superficie y los posibles factores de riesgo para garantizar la seguridad del proceso de desarrollo.

El ciclo de vida de un campo de petróleo y gas se puede dividir en tres fases:

Fase de inicio (dos a tres años): En esta fase, el campo de petróleo y gas apenas comienza a producir, y la producción aumenta gradualmente a medida que avanza la perforación y se construyen las instalaciones de producción.

Período de meseta: Una vez que la producción se estabilice, los campos de petróleo y gas entrarán en un período de estabilización. Durante esta fase, la producción se mantiene relativamente estable y esta etapa también durará de dos a tres años, a veces más si el campo de petróleo y gas es más grande.

Fase de declive: Durante esta fase, la producción de los yacimientos de petróleo y gas comienza a disminuir, generalmente entre un 1% y un 10% anual. Cuando finaliza la producción, todavía quedan grandes cantidades de petróleo y gas bajo tierra. Para mejorar la recuperación, las empresas de petróleo y gas utilizan técnicas de recuperación mejoradas. Los campos petroleros pueden alcanzar tasas de recuperación de entre el 5% y el 50%, y para los campos que solo producen gas natural, esta tasa puede ser mayor (60% a 80%).